miércoles, 14 de julio de 2010

La desconocida del Plata- Paulina Movsichoff



Nuestra dicha fugaz resplandece en esta cama en donde estamos una al lado de la otra. No me olvides nunca, me dices y yo no quiero que veas mis lágrimas, y te digo que nada podrá hacerte daño mientras nos queramos, la muerte nos dará una tregua, ya verás, la muerte no se ensaña con dos pobres mujeres que se aman porque ella también es mujer y sabe que desde el principio de los tiempos estábamos destinadas. Quiero salvarte y para ello voy remontando tu piel poro a poro, recitando un conjuro para que no cedas, para que no me dejes huérfana de tu voz, para que mostremos al mundo que el amor es más poderoso que todas las razones de la Parca. No te irás, Renata, porque te tengo atada a mi corazón con un hilo indestructible y vos nada decís, mientras abrís tus muslos para que yo me acomode en ellos como en la almohada de la luna, somos dos maderos náufragos en el océano del amor, hemos dejado atrás nuestras señas, nada más que vos y yo, sin trajes, sin nombres, sin retratos, una mujer y otra mujer, y pase lo que pase tu piel se quedará conmigo, tu aroma de lluvia sobre la tierra en el verano, en vos busco y encuentro mi semejanza, esa que siempre hasta ahora me fuera negada, en vos todo lo que respira en mi interior descansa. Tus manos también recorren mi cuerpo mientras nuestras piernas se entrelazan y somos una hidra, una medusa que ríe, mi lengua se pasea por tu vientre y hay gemidos y risas y bostezos, y entonces volamos, Renata, hacia ese país prohibido, a ese paraíso de donde fuimos expulsadas desde el fondo de los tiempos, porque la causa no fue la serpiente sino que Eva vio a su hermana entre las frondas y se enamoró de ella. Nadie se atrevió a decir que Dios creó no una sino a dos mujeres, para que Adán nunca se sintiera solo, para que tuviera un harén, el tonto de Adán. Pero ellas se divertían mucho la una con la otra y entonces papá Dios se enojó de que su hijo varón fuera despreciado y las echó, mientras lo dejó a él para que guardara la puerta y no pudiéramos entrar. Pero ahora hemos brotado de la oscuridad, Renata, y el corazón del mundo es una ampolla pequeñísima en donde sólo cabemos vos y yo, una caja fuerte de la que hemos tirado la llave para que nadie venga a molestarnos. Nuestro aposento es un navío que recorre tierras ignoradas, mientras la tormenta nos instruye de algas, nos informa de todas las delicias que aún ignoran los enamorados.




Novela Inédita (Fragmento)

martes, 6 de julio de 2010

Fidelidad- Paulina Movsichoff


Ya la luz fue plegada en los arcones del porvenir
Ahora te acoges a esa lámpara
que sondea cautivadoras retamas
Tal vez la espera ya no importe
La obstinada pregunta por las horas
Por esas creaciones de arrasadora belleza
cuyo fulgor atesoraste como si fuera la caligrafía
/de los ángeles
Ahora te despojas de los ropajes del acatamiento
y albergas en tu pecho la palabra aún no dicha
Esa que te negaron durante tanto tiempo
la que empuja tu barca hacia los encandilados estuarios
Ahora contemplas la torre inalcanzable
Esos misteriosos territorios cuya fidelidad nunca dejó de guardar tu corazón


Coral en la tiniebla- Ediciones del valle