“Desde
mi infancia hasta mi madurez, mi vida fue una aventura, de descubrimiento en
descubrimiento”. Esta frase, de una de las primeras páginas de Final de cuentas nos da exactamente el
tono que trasciende de la obra. El lector se embarca con la autora en la vida
de ésta, contagiado por su mismo espíritu de aventura. Es por eso que la
lectura nos resulta tan atrapante. La impresión que a lo largo de sus páginas
nos vamos formando es la de una libertad, asumida con todos sus riesgos: “Me arranqué
a la seguridad de la certidumbre por amor a la verdad y la verdad me recompensó”.
También dice: “Nunca fui pasiva, le exigía a la vida”.
La obra
continúa la línea autobiográfica de Recuerdos,
Memorias de una joven formal, La plenitud
de la vida, y La fuerza de las cosas. Final de cuentas es un balance, un detenerse
ya casi al final del camino no sólo para recordar los hechos más salientes del
último tramo, sin para extraer su significado en el contexto total.
A pesar de que Beauvoir confiesa: “Ya no
tengo la impresión de un ir hacia un fin; sólo la de deslizarme ineluctablemente
hacia la tumba” no es la impresión de una vida acabada la que tenemos al
leerla. Su interés por las cosas y su afán de comprender la realidad se
conservan intactos. Y, a través de sus ojos, vamos encontrándonos con nuestro
tiempo, tan lleno de complejidades, pero no por ello menos fascinante. Asistimos
a sus relaciones con la política, la literatura, el arte. Viajamos con ella a
lo largo de países y ciudades, nos despierta una viva atracción por sus
amistades, comprobando su inagotable interés por las personas y su capacidad de
comprensión. Participamos en sus luchas, en su posición en el feminismo, en su
denuncia de todas las injusticias y opresiones.
Vemos desde su interior episodios que nos
conmovieron a través de diarios y noticiosos, como la rebelión estudiantil de
mayo de 1968 en Francia, la guerra de Vietnam, la Guerra de los Seis Días.
Podemos decir que a través de sus páginas asistimos a un fresco de los últimos años
y, compartamos o no la opinión de la autora acerca de ellos, nos contagia su
avidez de ver, de comprender, de saber.
Un optimismo vital se desprende del libro,
optimismo que está dado a través de la certeza de que la vida es buena a pesar
de sus dolores y sus miserias, mientras se tenga una dirección y mientras sepamos
encontrar, como ella, la oculta cara de novedad que tienen los sucesos
cotidianos. Editorial Sudamericana publicó
Final de cuentas de Simone de Beauvoir.
Comentario publicado el 23 de marzo de 1973, para
la audición BIBLIOTECA DE RADIO NACIONAL
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