La noche estaba en sus comienzos cuando empezó el derrumbe. No hubo gritos, ni ayes, ni pedidos de ayuda. Por la ciudad reptaban súbitas salamandrras, se encendían frágiles tempestades, los mendigos bailaban cubiertos de breves tornasoles. Alguien me señalaba las madrigueras del amor. Pero no fui hacia ellas. Caminaba sonámbula por adoquines que la leche de las parturientas empapaba. Una sílaba agitó sus alas y se acomodó en el hueco de mi hombro. Apenas pude escuchar lo que decía. Creo que habló de ciertos hechiceros y de una mano viajando hacia el naufragio. Sin embargo yo buscaba el instante preciso en que el viento sacudiese las miradas antiguas, las mismas que me llevaron a los aposentos en donde supe el esplendor del pan. Los gallos cantaban sus tormentas y una hoja descansó en los primeros estremecimientos de la lluvia. Por el cielo volaban las panteras de siempre. Entonces me volví de costado y la pared me regaló la sombra del nahual.
El ave es el corazón del agua, la piedra luciérnaga para llamar al dios de las cinco flores. Callados oficiantes ayunaban comiendo panas ázimos, descaebzanan mudas codornices para ceñir la manta bermeja de su desnudez. Su cetrosostenido a la manera de corazón saludaba al dios en medio de la niebla. Por todos los rumbos se rompieron diques y el espíritu del viento trajo noticias de las siete piedras. Ellas sben de los espejos para abrir la hermosura, de las danzas que harán pañpitar e cielo. El faisán se cubrirá de nieves y esperará elmensaje de los vencidos. Sólo de esta manera podreos alcamzar la llave de todos los misterios, ha dicho. Los enviados se fueron por la puerta de la galaxia más entera y sacudieron la arena que se disipaba en sus rodillas. El descanso se impacientaba, sacudido por los dardos de las tirbulaciones. El sol se recostaba en la mitad de un aire.
martes, 21 de agosto de 2012
miércoles, 1 de agosto de 2012
Para formar un mundo sin frío
A CIELO ABIERTO (poemas)- María Esther Lucero Saá
O LOS MONSTRUOS SUBTERRANEOS
La soledad es estar aquí,
hablando en el idioma de los muertos
y tener dentro el lenguaje de los vivos
sin poder utilizarlo.
Entonces los fantasmas se agrandan,
crecen entre la espesura
de las tinieblas y de los fondos
y no pueden comunicarse.
Saben que están encerrados,
pero nunca pierden la esperanza
de algún día ser liberados
y avanzar sobre los seres
para hacerles entender
que no es sólo lo visible lo que vive.
Para hacerles conocer
la validez de los fantasmas
y los monstruos subterráneos.
¿Tendremos miedo de darles una mano
para que salgan a gritarnos sus verdades?
FLECHAS
Es difícil hacer poesía
porque cada palabra
es una flecha que sale del alma.
Yo no hago poesía.
Sólo convoco palabras
para aventar este fuego
que recorre mi sangre.
Sólo convoco al hombre,
al tiempo,
al sol, al mar, al cielo
para formar un mundo sin frío.
Un mundo sin frío
donde los árboles crezcan
el fuego se encienda
y los ojos se miren.
Los ojos miran al universo
y no hay manos para asirlo.
El universo huye
y tras Èl
un loco enamorado
va entonando canciones
con el corazÛn lleno de flechas.
YA NO
Ya no bebo la leche que alimenta a los niños,
ya empiezo a gustar el manjar sólido
que alimenta a los fuertes,
ya comienzan los temblores,
ya huye para siempre el pájaro negro,
ya tomo la tierra fresca entre mis manos,
ya fabrico mi casa,
ya hundo mis manos en el humus
sacando los terrones
para plantar mi semilla,
ya crece mi semilla en tierra fértil,
no cayó entre zarzales,
ya doy de mí todo lo que tengo,
el único talento ser devuelto multiplicado
en cientos de espigas de trigo.
AMO LA NOCHE
Los amaneceres,
cuajados de zafiros y ópalos,
despejan las tristes sombras
de mis dudas.Todo vuelve a tener
su acostumbrado vuelo.
Entre tinta y versos
voy componiendo mi ser
destruido
por las ciudades dolientes.
Amo la noche,
porque en ella
no se ven calles desiertas.
Sólo se ven cristales
en un mar azul inmóvil y oscuro.
Un mar azul inmóvil y oscuro
donde danzan diamantes.
En sus olas mi pensamiento sube
y canta sinfonías de unidad.
Desde la tierra suben escaleras
y al subirlas
suelto mis cadenas,
atadas a la tierra en días sin fin,
en llanto, en heridas atroces.
Y corro entre las gentes con cadenas,
con un río de luz en la mirada,
con un río de amor en los labios,
sin vestidos,
con campanas locas en mi espíritu,
sola,
corro a veces
entre seres que no escuchan.
Hay un Ser
al que le canto
estas canciones argentinas que voy entonando con mis brazos,
hasta sentir
que Él me ama,
que Él nos ama.
"Si no tuviera nada que decir no hubiera entregado mi vida a fin de buscar la raíz
de mis conflictos (y de los conflictos de los otros) a través de la palabra...El nombre de este libro surgió a raíz de la lectura de unos párrafos del Quijote, en
los que Cervantes habla del modo en que luchan los soldados: "No bajo a
cubierta, sino a cielo abierto".
"A cielo abierto" es una expresiçn que puede tener muchísimos significados o
sentidos; desde aquel tan alto que le dio Cervantes hasta el más humilde, que
sentí bajo el cielo indescriptible de San Luis, bajo su noche clara, bajo ese cielo de
que cantó Lugones en versos admirables, poco difundidos, o el sentido más
simple de mi expresión que era el de manifestarme con el corazón en derrota y en
victoria, entera sobre mí misma, frente a mis hermanos...
No sé si busqué la poesía como un refugio; creo que fue más bien una
manifestación de ese dolor que cada escritor siente sobre sus hombros...
Este don de la palabra que me ha sido dado misteriosamente desde la infancia, es
el principio y fin de mi vida".
MarÌa Esther Lucero Sa·
(Fragmento de palabras introductorias de la autora a su libro A Cielo Abierto. Año
1992)
María Esther Lucero Saá nació en Buenos Aires en 1950 y se quitó la vida en en esta ciudad en 1994. De familias de San Luis, amaba a esta provincia como su verdadera tierra.
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