Presentación
de la novela “El arca de la memoria” de Paulina Movsichoff
María
Lyda Canoso
“El
arca de la memoria”, es una novela biográfica que pivotea en torno a la figu-ra
de la gran escritora mexicana Rosario Castellanos. Curiosa combinación: una escritora
que habla en su novela de otra escritora. No solamente habla de ella sino se
mete en su piel, padece sus dolores, vibra con su temblor, con su
incertidumbre. Porque Paulina pareciera penetrar en lo profundo del alma de esta
gran artista. Con la objetividad que da el extrañamiento, a la manera de los
viajeros ingleses que tan bien describieron la pampa, Movsichoff, argentina
exiliada en tierra ajena, toma la figura de Rosario como su mentora, su guía
espiritual (lo he conversado con ella), como si fuera Rosario la interlocutora
de su propia literatura. Mal podría haber sido que Paulina omitiera escribir
este libro de naturaleza confesional. Porque Paulina es Rosario, entra en su
sistema de escritura y en su manera de percibir el mundo y describe la grandeza
de esta mujer escritora que es Rosario Castellanos.
Para poder hablar del libro tendríamos que definir un poco qué es biografía, bios (vida) graphein (escritura). Se supone que una biografía es la historia de una vida, en este caso, la historia de una vida relevante, un acto de amor, de admiración en esta construcción que hace Paulina, un libro donde el objeto de escritura, la musa inspiradora es la gran escritora, ensayista, poeta y mujer de amplia representatividad de lo mexicano, Rosario Castellanos.
El libro abarca los momentos más íntimos y melancólicos de la vida de esta escritora, constante luchadora por los derechos de la mujer, en especial de la mujer mexicana, que reconoce y reivindica el rol propio y el ascenso en cuanto a la igualdad con el hombre. A la vez que se hace cargo de la deuda que el blanco tiene en toda América con el indígena, escisión especialmente notoria y que es objeto de estudio por parte de esta gran escritora mexicana. Historia cruzada a su vez por la influencia de la Iglesia y las clases dominantes y la mi-rada prejuiciosa que estas instituciones tienen hacia la mujer que quiere emanciparse por ejemplo a través del acceso a la cultura académica. En 1950 Rosario obtiene el grado de maestra en filosofía en la Universidad Autónoma de México. El tema de su tesis: "Sobre cultura femenina", allí se preguntaba por el lugar de la mujer en la cultura: "El mundo que para mí está cerrado tiene un nombre: se llama cultura. Sus habitantes son todos del sexo masculino" manifiesta. Cabe acotar que en 1950, está saliendo "El segundo sexo" de Simone de Beauvoir y ella no lo leyó. En Madrid fue que Rosario realizó cursos de pos-grado.
Mujer que no tiene sosiego en su destino signado por el desplazamiento del deseo. Dos fatalidades en la vida de Rosario: la muerte de su hermano Benjamín, la infidelidad de su amado Ricardo.
Podría haber una tercera situación que habría de ocasionarle un extremo costo afectivo: su frustración como madre, alejada, por su actividad como profesora visitante en Madison, de su amado hijo. Esos tres temas los analiza Paulina Movsichoff con delicadeza y tratando de compatibilizar lo que trascienden los textos de Rosario con el cruce de datos biográficos y testimonios de cartas.
Los desasosiegos que atravesarán toda su vida dándole credibilidad, fuerza, a su literatura. Desasosiegos que habrá de desarrollar con total atención Paulina en esta novela (porque en sí es una novela y no me salgo de esta lectura que le hago al libro), donde Paulina con su gran habilidad de novelista habrá de crear espacios y situaciones absolutamente ficcionales que no sólo serán creíbles sino que crearán verdaderas instancias de convencimiento. Habrá en la novela núcleos narrativos que se repetirán como se repiten las obsesiones: la muerte prematura del hermano de Rosario, su infancia desplazada precisamente por esa muerte que habrá de reaparecer una y otra vez, como acarreando la pregunta: ¿por qué el y no yo? Creencia, la suya, que tal quizá hubiera sido el deseo de sus padres ante la muerte del varón en esa sociedad machista de pérdidas más abarcativas, tal como el patrimonio de las tierras que Rosario no pudo heredar porque sobrevino la reforma agraria iniciada por Lázaro Cárdenas.
Rosario es un personaje de gran carnadura, absolutamente creíble, trabajado con suma habilidad y de manera sensible por Paulina Movsichoff, que tan bien conoce todos esos mecanismos del México profundo, verdadero, alejado de los clichés de mejicaneidad que suelen tomarse como preconcepto.
Pasan por este libro todas las situaciones relevantes de la vida de esta escritora, como así también su amistad con escritores que fueron sus contemporáneos.
Pero algo quiero subrayar como muy relevante en este libro: Paulina Movsichoff utiliza un idioma construido a la manera mexicana, usando palabras y guiños y dichos y hasta penetra la idiosincrasia de esa cultura de puertas adentro, cuestión que le agrega a este libro enorme atractivo.
Cuenta los hechos y sucesos sin el ordenamiento cronológico lineal, sino que va y viene construyendo un tiempo de relato convincente, y a veces la reconocemos dentro de este libro a ella como personaje, como si su voluntad la llevara a estar ahí, metida en esa historia, como el náufrago en la vida de Faustine de la novela de Adolfo Bioy Casares: “La Invención de Morel”. Sólo faltaría aquí esa maquinaria fantástica que pudiera fundir las escenas, de tal manera que Paulina pudiera entrar en la conciencia de Rosario Castellanos, su admirada y amada escritora.
Para poder hablar del libro tendríamos que definir un poco qué es biografía, bios (vida) graphein (escritura). Se supone que una biografía es la historia de una vida, en este caso, la historia de una vida relevante, un acto de amor, de admiración en esta construcción que hace Paulina, un libro donde el objeto de escritura, la musa inspiradora es la gran escritora, ensayista, poeta y mujer de amplia representatividad de lo mexicano, Rosario Castellanos.
El libro abarca los momentos más íntimos y melancólicos de la vida de esta escritora, constante luchadora por los derechos de la mujer, en especial de la mujer mexicana, que reconoce y reivindica el rol propio y el ascenso en cuanto a la igualdad con el hombre. A la vez que se hace cargo de la deuda que el blanco tiene en toda América con el indígena, escisión especialmente notoria y que es objeto de estudio por parte de esta gran escritora mexicana. Historia cruzada a su vez por la influencia de la Iglesia y las clases dominantes y la mi-rada prejuiciosa que estas instituciones tienen hacia la mujer que quiere emanciparse por ejemplo a través del acceso a la cultura académica. En 1950 Rosario obtiene el grado de maestra en filosofía en la Universidad Autónoma de México. El tema de su tesis: "Sobre cultura femenina", allí se preguntaba por el lugar de la mujer en la cultura: "El mundo que para mí está cerrado tiene un nombre: se llama cultura. Sus habitantes son todos del sexo masculino" manifiesta. Cabe acotar que en 1950, está saliendo "El segundo sexo" de Simone de Beauvoir y ella no lo leyó. En Madrid fue que Rosario realizó cursos de pos-grado.
Mujer que no tiene sosiego en su destino signado por el desplazamiento del deseo. Dos fatalidades en la vida de Rosario: la muerte de su hermano Benjamín, la infidelidad de su amado Ricardo.
Podría haber una tercera situación que habría de ocasionarle un extremo costo afectivo: su frustración como madre, alejada, por su actividad como profesora visitante en Madison, de su amado hijo. Esos tres temas los analiza Paulina Movsichoff con delicadeza y tratando de compatibilizar lo que trascienden los textos de Rosario con el cruce de datos biográficos y testimonios de cartas.
Los desasosiegos que atravesarán toda su vida dándole credibilidad, fuerza, a su literatura. Desasosiegos que habrá de desarrollar con total atención Paulina en esta novela (porque en sí es una novela y no me salgo de esta lectura que le hago al libro), donde Paulina con su gran habilidad de novelista habrá de crear espacios y situaciones absolutamente ficcionales que no sólo serán creíbles sino que crearán verdaderas instancias de convencimiento. Habrá en la novela núcleos narrativos que se repetirán como se repiten las obsesiones: la muerte prematura del hermano de Rosario, su infancia desplazada precisamente por esa muerte que habrá de reaparecer una y otra vez, como acarreando la pregunta: ¿por qué el y no yo? Creencia, la suya, que tal quizá hubiera sido el deseo de sus padres ante la muerte del varón en esa sociedad machista de pérdidas más abarcativas, tal como el patrimonio de las tierras que Rosario no pudo heredar porque sobrevino la reforma agraria iniciada por Lázaro Cárdenas.
Rosario es un personaje de gran carnadura, absolutamente creíble, trabajado con suma habilidad y de manera sensible por Paulina Movsichoff, que tan bien conoce todos esos mecanismos del México profundo, verdadero, alejado de los clichés de mejicaneidad que suelen tomarse como preconcepto.
Pasan por este libro todas las situaciones relevantes de la vida de esta escritora, como así también su amistad con escritores que fueron sus contemporáneos.
Pero algo quiero subrayar como muy relevante en este libro: Paulina Movsichoff utiliza un idioma construido a la manera mexicana, usando palabras y guiños y dichos y hasta penetra la idiosincrasia de esa cultura de puertas adentro, cuestión que le agrega a este libro enorme atractivo.
Cuenta los hechos y sucesos sin el ordenamiento cronológico lineal, sino que va y viene construyendo un tiempo de relato convincente, y a veces la reconocemos dentro de este libro a ella como personaje, como si su voluntad la llevara a estar ahí, metida en esa historia, como el náufrago en la vida de Faustine de la novela de Adolfo Bioy Casares: “La Invención de Morel”. Sólo faltaría aquí esa maquinaria fantástica que pudiera fundir las escenas, de tal manera que Paulina pudiera entrar en la conciencia de Rosario Castellanos, su admirada y amada escritora.