II
La locura de la palabra es el lenguaje
que advierto en mi voz
Ella habla la fantasía del silencio
cuando no estoy dormida
y se alimenta de la salida misteriosa
de mis manos por su vestido
Gesticula mi verdadera muerte
en esta soledad y te llama
para que no me dejes
III
La loca se hace mi cuerpo y echa las velas
púrpuras sobre el lazo de seda
Alguien duerme
cuando el otoño es una mejilla húmeda y el
viento tu canción
La muerte siempre amanece en primer lugar
IV
En qué rueca la voz arma su tejido para que la
expulsada sea una llama de leche
una novia con ojos de arena saliendo
de su llave
En qué mundo los dijes empiezan a sonar tocando
melodías sobre el sueño de un músculo
En qué lugar la arcilla se transforma en espacio
donde el grito ha dejado su plumaje de cóndor
En qué jardín entierro los silencios, en qué
cielo levanto las palabras
Desde dónde te llamo.
V
Yo no digo que vengas
Digo que me lleves por un lado del corazón
adonde tu jardín murmura la bruma tabacal
Abril es hoy y toso en el viejo vestido amatorio
de las estaciones
como una hembra en desuso. Y caigo a veces de
este cuerpo
porque me pesa en sangre el hervor del deseo
Por eso dejo mi nombre me en esta carta
para que me rescates de los sueños perdidos.
XII
Donde el silencio llega como lengua de piedra
caídas precipicios guardo
también la soga que ha colgado mi corazón
en medio de la calle
Desnudo este pañuelo cubriendo mi ceguera
así lo guardo
y a despecho del dolor el viento eriza
la palabra perdida la palabra gastada
la palabra